El día deseado por fin llego, era una mañana soleada y fría, había que comenzar a realizar todos los preparativos de montaje e instalación del puesto, era complicado y el día no acompañaba, había un poco de temor a lo inesperado, a ver como salía todo, si se había hecho una buena previsión de mercancías, pero había que dejar atrás los temores y comenzar su montaje y así lo hicimos, aunque lo teníamos todo previsto no sabíamos como emprezar y un poco casi de estrangis nos íbamos fijando en todo lo que nuestra competencia hacía para intentarlo mejorar, los nervios estaban a flor de piel la realidad hace que afloren temores, vemos como el trabajo que estaba repartido siempre hay compañeros que no trabajan, y eso genera malestar.
Montar un mercado conlleva muchos problemas y papeleo, realizar un control de mercancías, hacer recibos etc.
Llegó el momento de la apertura y los nervios comenzaron a ser mayores, ¿Qué pasará?¿Me comprarán? Muchos interrogantes estaban por responder.
Al inicio del mismo la gente pasaba y no nos compraba y un comenzó aparecer la incertidumbre “cuantas pérdidas vamos a tener”. En un momento alguien se lanzó a comprar y comento las excelencias de nuestro productos y ese fue el detonador para iniciar las ventas, no fueron muchas pero eso nos animó, una vez más la falta de previsión hizo que se nos agotaran los productos mas representativos y otros por el contrario no tuvieron aceptación alguna.
La mañana fue transcurriendo y se aproximaba la hora de cierre y había que recurrir a cualquier estrategia para vender, por ese motivo aparecieron las ofertas de última hora pero aun así quedaron existencias.
Una vez finalizado llegó el momento de hacer el arqueo de caja y cual fue nuestra sorpresa al comprobar que a pesar del trabajo no habíamos obtenido ganancias alguna, nuestra cuenta estaba igual que al principio y el desanimo se ha adueñado de nosotros, hay que pensar en alguna estrategia de cara al mercado que tendrá lugar próximamente en Plasencia.
A pesar de todo y de nuestra desorganización hay que cambiar de actitud, pero hay que reconocer que la experiencia ha sido positiva y nos ha enseñado que para realizar un trabajo, bien hecho, se necesita la ayuda y colaboración de todos, una buena planificación, una responsabilidad compartida y ante todo una buena previsión y un buen saber estar con el público.
Montar un mercado conlleva muchos problemas y papeleo, realizar un control de mercancías, hacer recibos etc.
Llegó el momento de la apertura y los nervios comenzaron a ser mayores, ¿Qué pasará?¿Me comprarán? Muchos interrogantes estaban por responder.
Al inicio del mismo la gente pasaba y no nos compraba y un comenzó aparecer la incertidumbre “cuantas pérdidas vamos a tener”. En un momento alguien se lanzó a comprar y comento las excelencias de nuestro productos y ese fue el detonador para iniciar las ventas, no fueron muchas pero eso nos animó, una vez más la falta de previsión hizo que se nos agotaran los productos mas representativos y otros por el contrario no tuvieron aceptación alguna.
La mañana fue transcurriendo y se aproximaba la hora de cierre y había que recurrir a cualquier estrategia para vender, por ese motivo aparecieron las ofertas de última hora pero aun así quedaron existencias.
Una vez finalizado llegó el momento de hacer el arqueo de caja y cual fue nuestra sorpresa al comprobar que a pesar del trabajo no habíamos obtenido ganancias alguna, nuestra cuenta estaba igual que al principio y el desanimo se ha adueñado de nosotros, hay que pensar en alguna estrategia de cara al mercado que tendrá lugar próximamente en Plasencia.
A pesar de todo y de nuestra desorganización hay que cambiar de actitud, pero hay que reconocer que la experiencia ha sido positiva y nos ha enseñado que para realizar un trabajo, bien hecho, se necesita la ayuda y colaboración de todos, una buena planificación, una responsabilidad compartida y ante todo una buena previsión y un buen saber estar con el público.